Fuimos y estábamos los cuatro sentados en una mesa. Había terminado la actuación y pedían un voluntario. Me había enterado de que había lgún que otro cazatalentos, así que entre eso y el miedo escénico que tenía no iba a subir, pero mis amigas decían todo el tiempo “¡ella!¡ella!” y al final me subieron al escenario a la fuerza.
Me puse nerviosísima y me quedé allí petrificada. La música comenzó y yo seguía allí quieta sin moverme. Mis amigas me animaban pero yo salí corriendo del escenario y salí de allí llorando.
Me fui al parque al que me iba siempre que quería estar sola y me senté en un banco. El parque estaba vacío, no había nadie, pero alguien me tocó el hombros
-¿qué quieres? –dije sin girarme
-¿estás bien? - me preguntó mi hermano
-sí, ¿no me ves aquí con una sonrisa de oreja a oreja y saltando feliz de la vida? –dije irónicamente
-no debí dejar que subieras al escenario, lo sé, pero tienes que vencer ese estúpido miedo que tienes, cantar te encanta y por culpa de eso no puedes mostrarle tu talento a los demás
-lo sé, pero es que no puedo evitarlo Álvaro
-intentaré ayudarte con eso –me sonrió
-gracias –le abracé y él me dio un beso en la coronilla
-anda, volvamos a casa que es tarde
Cuando llegué a casa me puse el pijama y me fui directamente a dormir ya que estaba bastante cansada.
-Almudena levanta que son las once –gritó mi padre
-papá, es sábado, es muy temprano
-tienes que ir preparando las maletas
-¿las maletas para qué?
-ha habido un cambio de planes, al final te vas esta noche
-¿!Mañana!? – me levanté de un salto
-sí, por las clases no te preocupes, he hablado con el director y no ibais a hacer mucho así que no te pierdes nada
-está bien papá –le di un beso en la mejilla y bajé a desayunar
-¿ya te has enterado? Esta noche nos vamos –dijo entusiasmado mi hermano
-¿por qué estás tan feliz?
-porque por fin voy a ver a mis amigos de allí, los echo de menos
-y Jamie?
-quizás la dejen venir en julio –sonrió
-¡bien!
-bueno enana, me voy a terminar de preparar las maletas, hasta luego
Cuando terminé me vestí y me fui a dar una vuelta. Por el camino me encontré con Mike. La verdad es que estaba un poco colada por él, pero no pensaba decirle nada
-¡Almu! –me dio dos besos- me he enterado de que te vas a Canadá esta noche
-sí – respondí un poco triste- os voy a echar de menos
-yo también te voy a echar de menos –nos dimos un abrazo – te apetece dar una vuelta?
-claro que sí –sonreí
Cuando llevábamos un rato andando él me cogió la mano y yo lo miré sonriendo. El tiempo se me pasó muy rápido, se nos hizo la hora de comer
-y si comemos en el Mccdonal’s?
-es que no me he traído dinero…
-tienes una mochila y no has cogido dinero? -dijo Mike y yo me reí
-si, sólo tengo un cuaderno y un boli
-eres de lo que no hay –se rió – yo invito, y no acepto un no por respuesta
-está bien…
Fuimos a comer y después él, a eso de las cinco se fue a su casa. Yo fui al parque, quería terminar la canción que estaba componiendo. Me senté en el mismo banco que el otro día. Al terminar de escribir la canción me puse a cantarla. Notaba que alguien venía y creo que me estaba escuchando así que cogí mis cosas y volví a casa a terminar de preparar las maletas.
Ya lo tenía todo y era la hora, así que mi hermano y yo cogimos las cosas y nos fuimos al aeropuerto.
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