Era un día como cualquier otro. Un día de instituto. Lo odiaba, no me gustaba ir, aunque supongo que eso es lo normal. Estaba teniendo un precioso sueño pero se acabó cuando oí el espantoso sonido del despertador. Le di un manotazo para que se apagara, me giré y me tapé hasta arriba para intentar dormirme otra vez, pero fue en vano ya que entró mi padre.
-venga hija levanta que si no llegarás tarde como de costumbre -dijo mi padre
-si papá, ahora me levanto
Cuando se fue me levanté con desgana, me duché, me vestí y desayuné
-Almudena venga, que Jamie nos está esperando fuera- dijo mi hermano
-ya voy ya voy –cogí corriendo la mochila y salí de casa para reunirme con Jamie y mi hermano
Él estaba colado por ella, yo me daba cuenta pero siempre que intentaba sacar el tema lo esquivaba o simplemente me lo negaba.
Las clases transcurrieron normales, todas aburridas como siempre, a excepción de física y química, me encantaba esa asignatura. Sé lo que estáis pensando y no, no soy una empollona pero siempre me he sentido atraída por esa asignatura no sé por qué.
Por el camino de vuelta a casa vi una sudadera morada que me encantó. Miré en mi bolsillo y por suerte había traído dinero, así que aprovecharía para comprármela y dejar solos estos dos
-eh chicos, seguid vosotros, yo voy a entrar aquí un momento -dije
-te esperamos - respondió mi hermano
-no, da igual. Además no sé lo que voy a tardar porque al parecer hay bastante cola
-está bien, pues entonces nos vamos. Hasta luego –dijo y se fue con Jamie
Espero que esto sirviera para algo y mi hermano se lanzara de una vez. Entré en la tienda y compré la sudadera. Empecé a caminar hacia mi casa, iba distraída y me choqué con alguien
-perdona –dije y me giré para verlo, pero no pude verle la cara ya que llevaba puesto una capucha y unas gafas de sol
Él no respondió, siguió caminando aunque pude notar cómo me miraba de reojo. Pasé del tema, no quería emparanoyarme con eso. Cuando llegué a casa no había nadie pero vi una nota, así que la cogí.
“Almudena, hoy comes sola. Papá estará trabajando hasta tarde y yo me he ido a comer con Jamie. Sé que siempre te lo niego, pero a pesar de eso sabes lo que siento por ella. Gracias por dejarnos solos, te debo una enana.
Besos, Álvaro”
Perfecto, este iba a ser el viernes más aburrido de mi vida. Mike y Jesse tenían un partido de baloncesto, Jessica me dijo que quizás salía, pero por la noche, y Jamie si está con mi hermano dudo que salga…
Me calenté la comida. La verdad es que no tenía mucha hambre pero bueno. Cuando acabé, fregué mi plato y me subí a mi habitación. Cogí el portátil y me tumbé en la cama con él. Me metí en el Twitter y… ¡oh dios mío! No podía creérmelo, ¡Justin Bieber me seguía! Empecé a saltar por la habitación y a gritar. No me lo podía creer. Estaba feliz, muy feliz. Le mandé un tweet “@justinbieber thanks 4 follow me xoxo”(gracias por seguirme) (xoxo es como digamos… besos y abrazos,por si alguien no lo sabe).
Después de esto quité el Twitter y me metí en el Tuenti. No tenía mucho, sólo un mensaje privado. Lo abrí y era de Jamie. Al parecer estaba en su casa con mi hermano
“Almuuu! A k no sabes con kien estoy ahora mismo? Si si, tu hermano jajajaja bueno, lo que te iba a decir no era eso xD al final si salgo esta tarde, a las 19: 30 te recojo va? Y te importa si viene tambn tu hermano?
Cntxta “
Pensé en que contestarle y le puse:
“hola, me lo imagine ya que no esta en casa jaja vale, estare preparada a esa hora :) claro que si, que se venga, pero como me de mucho la lata se entera ee jajaja
Besos”
Después le mandé un mensaje privado a Jessica
“cariño! A las 21:15 te recojemos
Bss”
Eran las 18:30 así que me fui a duchar. La verdad es que se me había pasado el tiempo volando. Me puse uno vaqueros pitillos, una camiseta básica rosa con una rebeca blanca encima para por la noche y unas supras rosas también. A las 19:30 justo estaban allí.
-hola chicos –sonreí
-hola – dijeron Jamie y mi hermano un poco cortados y mirando al suelo
-¿estais juntos verdad?
-emm…pues sí – contestó Jamie roja como un tomate
-¡já!¡sí! sabía que estabais juntos –dije riéndome y saltando
-hermanita, siento decirte que estás loca
-lo sé, pero tenía razón así que me da igual lo que me digas –sonreí de oreja a oreja
-bueno, vámonos a dar una vuelta
-está intentando evitar el tema –le dije a Jamie al oído y ambas nos reímos
-creo que poco vamos a durar Jamie, porque con la pesada de mi hermana… -dijo bromeando
-no te preocupes, ya la conozco y sé como es, así que no me asusto –se rieron
-¿y cómo soy ee? – dije haciéndome la dolida
-emm muy simpática por supuesto –nos reímos
-vamos a tomar un helado o algo anda
Fuimos a la heladería que nos caía más cerca. Jamie y Álvaro se pidieron una granizada para los dos y yo me pedí un helado de after eight (menta con trozos de chocolate)
-que ganas tengo de que lleguen las vacaciones -dijo mi hermano
-tan sólo queda una semana –dijo sonriente
-sí,que ganas ¡yuhu! –dije sarcásticamente
-¿por qué lo dices de esa forma? ¿Es que no quieres terminar ya las clases?
-claro que sí, pero no me quiero ir a Canadá
-te lo pasarás bien allí, te lo aseguro
-si tu lo dices… -me terminé el helado y miré la hora – vaya, dentro de quince minutos tenemos que estar en casa de Jessica
-aún nos queda un poco de granizada -dijo Jamie
-cuando terminéis iros a su casa, os esperaremos allí
Cuando llegué toqué el timbre y allí estaba Jessica, por una vez preparada a su hora
-y los demás? -preguntó ella
-Mike y Jesse no salen, y Jamie está con mi hermano terminándose de tomar la granizada, ahora vienen
-¿Jamie con tu hermano? –sorprendida
-si, ¿ves como yo tenía razón y se gustaban? –sonreí con satisfecha
-¿eso quiere decir que están saliendo? No me lo creo
-pues créetelo – dijo Álvaro y le pasó el brazo por encima del hombro a Jamie y la besó
-bueno sí hermanito, para que no quiero vomitar
-corta rollos
-lo sé –sonreí
-bueno, vamos a un bar karaoke que me apetece cantar y liarla un rato -dijo Jessica
Fuimos y estábamos los cuatro sentados en una mesa. Había terminado la actuación y pedían un voluntario. Me había enterado de que había algún que otro cazatalentos, así que entre eso y el miedo escénico que tenía no iba a subir, pero mis amigas decían todo el tiempo “¡ella!¡ella!” y al final me subieron al escenario a la fuerza.
Me puse nerviosísima y me quedé allí petrificada. La música comenzó y yo seguía allí quieta sin moverme.Mis amigas me animaban pero yo salí corriendo del escenario y salí de allí llorando.
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